Made in local, again (fabricado en casa, de nuevo) es una fuerte tendencia que ha comenzado recientemente en España y que nos interesa mucho.
«Made in local, again» es la tendencia que responde a la mejora de la competividad de alguno de los fabricantes y de los servicios industriales que habíamos venido perdiendo en los años de bonanza a favor de los países emergentes.
Recuerdo el caso de un amigo que se decidió a abrir antes de la crisis una empresa para comprar y vender trajes de neopreno de los que se utilizan en turismo de aventura. Mi amigo siguió el mismo camino que cualquier directivo con ambición se planteaba en aquel entonces, descartó la compra local y dedicó varios meses a viajar por países asiáticos conociendo y acordando un suministro off-shore.
No sólo era mi amigo. Que querías contar con un suministro económico en algún tipo de producto semielaborado derivado del petróleo, pues ya sabías que tenías que irte a China (el principal consumidor de materias primas del mundo). Que querías productos textiles, pues lo mismo. Que querías una subcontratación de un proceso industrial muy intensivo en mano de obra, erré que erré. Quien dice China, dice Turquía o Polonia, o Marruecos, … No es que sólo se subcontrarán procesos intensivos en mano de obra poco cualificada, es que incluso industrias muy automatizadas ya se estaban subcontratando fuera (ej. industria de proceso para elaboración de espumas).
Confome las industrias y los procesos de los países emergentes, mejoraban su calidad, aquí subíamos nuestros costes ligados a una inflación permanente próxima al 3% cada año, sin mejorar nuestras capacidades, nuestros procesos o nuestra tecnología sustancialmente. Incluso nos hemos permitido abandonar practicamente algunas industrias avanzadas (ej. electrónica) a favor del desarrollo de las mismas en países antes en desarrollo y ahora ¿por delante nuestro? (ej. Corea del Sur).
La crisis nos está obligando a replantear parte de esto. En una visita reciente a empresas exportadoras en Navarra descubrí que muchas de ellas volvían a contar con talleres y fabricantes próximos para tareas que, antes, habían decidido subcontrar. Cuando preguntabas cúal era la razón, respondían que antes los precios locales no eran asumibles, que incluso el servicio no era bueno ya que otros sectores copaban la capacidad de estos talleres.
También comenzamos a ver como algunos fabricantes internacionales han aparcado sus proyectos de deslocalización e incluso como, desde otros países europeos se plantea abiertamente que los cambios en el mercado español pueden convertirlo en un destino atractivo para la subcontratación de fases importantes del proceso productivo (1.000 kms europeos no son iguales que 3.000 kms off-shore, sobre todo sin riesgos de cambio).
Hoy, muchos fabricantes locales trabajan a baja capacidad, han ajustado costes, su motivación por encontrar negocio es tremenda y tienen escrito a fuego que la innovación y la internacionalización son claves para ganar el futuro. Hoy, el suministro local vuelve a ser una alternativa a precios competitivos, que aporta normalmente más flexibilidad, mejores condiciones financieras y un mejor servicio.
En el futuro próximo, el «Made in local», puede volver a ser una tendencia importante que vigilaremos de cerca.
