Hay cosas que no nos contaron en la Universidad. Conceptos que nos presentaron a veces de otra forma, una más sencilla y fácil de entender, una que aunque no abordaba toda la realidad, nos dejaba satisfechos y tranquilos.
El concepto del ciclo de vida del producto, es un gran ejemplo. Nos contaron que los productos se lanzaban con esfuerzo, que si acertabas llegaba la fase de crecimiento, que después tarde o temprano maduraban (sin explicarnos el porqué), pero que no nos preocuparamos que cuando alcanzarán la fase de declive siempre aparecería como por arte de magía, el producto sustitutivo.
Es un concepto para guardarlo en un cajón, es un concepto que ya no funciona, que no explica nuestra realidad.
El ciclo de vida de la solución lo convierte en obsoleto.
El ciclo de vida de la solución integra todos los productos (soluciones) que satisfacen una misma necesidad. Cuando se observa el mundo desde el ciclo de vida de la solución, se entiende el porqué los productos maduran, es porque otros más nuevos satisfacen mejor las necesidades contra las que trabajan y los convierten en obsoletos (a veces, un mismo fabricante lanza productos para convertir en obsoletos a sus mismos productos anteriores, ej. Apple).
Cuando se observa el ciclo de vida de la solución, entendemos lo absurdo de plantear negocios enfocados a producto, no a las necesidades. Si los ciclos de innovación cada vez van más rápido, los productos están condenados tarde o temprano a la obsolescencia.
También lanza potentes ideas frescas e ilusionantes. Desde la perspectiva del ciclo de vida de la solución, los mercados crecen conforme las soluciones aportan más valor, conforme se innova. La promesa de desarrollar nuevas soluciones es la promesa de ganar un mercado que se amplía.
La herramienta también nos ayuda a reflexionar sobre nuestro mundo actual. ¿Por qué en algunos sectores el producto sustitutivo apenas supera las ventas del actual? ¿por qué justo llega cuando el anterior ya se encuentra en madurez? Los oligopolios y las industrias programadas, frenan la innovación. Tarde o temprano, un nuevo competidor llegará y les sorprenderá.